Una clínica veterinaria corporativa es una práctica que pertenece y es operada por una empresa. Este es un modelo de negocio diferente al de la práctica privada tradicional, donde una clínica es propiedad y está operada por un veterinario individual o un pequeño grupo de veterinarios. El número de prácticas corporativas ha aumentado de manera constante en los últimos años y este tipo de práctica se está volviendo bastante común en la industria veterinaria.
En los Estados Unidos, las clínicas veterinarias corporativas más importantes son Banfield y Veterinary Clinics of America (VCA). Banfield, entidad pionera en el campo de la veterinaria corporativa, fue fundada en 1955. Banfield ahora cuenta con una lista de aproximadamente 800 clínicas, principalmente ubicadas en tiendas PetSmart, y la compañía emplea a más de 2,000 veterinarios. Veterinary Clinics of America (VCA), otro actor líder en la industria, tiene más de 600 clínicas y más de 1.800 veterinarios trabajando en sus ubicaciones corporativas. También hay una serie de entidades corporativas regionales y cadenas nacionales más pequeñas que compiten con las dos grandes.
Lejos de ser un fenómeno exclusivamente estadounidense, las clínicas veterinarias corporativas también están apareciendo con una frecuencia cada vez mayor en los mercados internacionales. En el Reino Unido, por ejemplo, las prácticas corporativas comenzaron a aparecer en 1999 después de que se flexibilizara una regulación que restringía la propiedad no veterinaria de las clínicas.
Echemos un vistazo a los pros y los contras del trabajo veterinario corporativo vs. práctica privada tradicional:
Ventajas del trabajo veterinario corporativo
- La gestión empresarial está completamente a cargo de la oficina corporativa: Los veterinarios en la práctica empresarial no tienen que desviar su atención del tratamiento del paciente para tratar con problemas de personal, contratación de nuevos técnicos, gestión de nóminas y otros detalles comerciales que requieren mucho tiempo. Esto les permite concentrar su tiempo exclusivamente en brindar atención al paciente y elimina una fuente importante de estrés.
- Transferibilidad: Las clínicas corporativas pueden tener una gran cantidad de clínicas en un área geográfica amplia. Esto puede facilitar la transferencia a una región diferente si un veterinario así lo desea. También les permite entrar en un entorno clínico familiar que es muy similar al que están acostumbrados.
- Horarios de trabajo regulares: Los veterinarios corporativos tienden a trabajar con horarios bastante estandarizados, con menos horas extra de las típicas de un veterinario en la práctica privada (especialmente en comparación con las largas horas que a menudo se requieren de una práctica dueño). Las clínicas corporativas a menudo mantienen a los veterinarios de socorro en espera para completar cuando tienen un veterinario ausente, o pueden llamar a un veterinario de otra clínica corporativa local para brindar asistencia.
- Tarifas con descuento en productos veterinarios: Las clínicas veterinarias corporativas tienen más poder adquisitivo al poder realizar pedidos al por mayor en nombre de múltiples consultorios. Pueden ser elegibles para una variedad de descuentos en productos y algunos de estos ahorros pueden transferirse a los clientes. Mejores tarifas en productos en clínicas corporativas pueden alejar a algunos clientes de la práctica privada tradicional.
- Buen lugar para nuevos graduados: Los nuevos graduados de la escuela veterinaria son reclutados activamente por cadenas corporativas, y las clínicas corporativas pueden ser un gran lugar para que adquieran experiencia mientras consideran sus opciones.
- Estrategia de salida para propietarios de prácticas: Los veterinarios establecidos pueden vender sus prácticas a entidades corporativas como una estrategia de salida del negocio. La clínica corporativa a menudo mantendrá a los miembros del personal y permitirá que el propietario de la práctica continúe trabajando como empleado también si así lo desea. El antiguo propietario de la práctica también puede beneficiarse a largo plazo al retener la propiedad de la ubicación física y arrendar el inmueble a la corporación.
Contras
- No puede aceptar la práctica como propietario: Los veterinarios que trabajan para clínicas corporativas no tienen la opción de comprar en propiedad como en la práctica privada. Un veterinario corporativo que busque una participación en la propiedad tendría que dejar la clínica y comenzar (o comprar) su propia práctica privada.
- Capacidad limitada para tomar decisiones: Los veterinarios corporativos deben seguir una variedad de procedimientos y "mejores prácticas" relacionadas con los precios y las opciones de tratamiento. Tienen menos flexibilidad que la que tendría un veterinario de práctica privada en estos asuntos.
- Proceso de aprobación prolongado: Las clínicas corporativas pueden requerir una cantidad significativa de papeleo y un extenso proceso de aprobación para comprar equipos o realizar cambios en los procedimientos de la clínica.
- Potencial exagerado énfasis en el éxito financiero: Una crítica común a la medicina corporativa es que las empresas matrices se centran demasiado en los resultados. Si bien obtener ganancias es sin duda un objetivo de cualquier clínica (ya sea de práctica corporativa o privada), los veterinarios corporativos pueden sentirse presionados a vender a los clientes para aumentar los márgenes de ganancia.